Llevar a tu bebé en portabebé no sólo es increíblemente práctico y útil para integrarlo en tu vida diaria sino que además es la manera de ofrecerle el entorno más rico y beneficioso posible.
Pero, ¿qué pasa cuando hace frío?
A la hora de portear en invierno siempre surgen ciertas dudas: “¿Pasará frío mi bebé?”, “¿No será mejor usar el cochecito?”, “¿Merece la pena invertir en un abrigo además del portabebé?.
Portear desde el nacimiento, es lo mejor también en invierno.
Desde el primer día de vida, lo mejor para la columna y la cadera del bebé, es el porteo ergonómico. ¡También cuando hace frío! De hecho, ¡en invierno se debería portear más que nunca! Más aún si tenemos a un recién nacido (incluso si este es prematuro o de bajo peso). Porque sí, el porteo del recién nacido en invierno no solo es posible, sino lo más aconsejable.
¿Por qué es especialmente importante portear en invierno?.
Con frio, lluvia, nieve…también se portea. Mucho más teniendo en cuenta que los bebés no autorregulan la temperatura corporal.
El contacto estrecho entre bebé y porteador proporciona al bebé todo el calor que este necesita. De esta forma, su cuerpo no gasta energía en producirlo y su organismo puede centrarse en otros procesos vitales para su correcto desarrollo.
Si en cambio, llevamos al bebé en el cochecito de paseo, aunque le pongamos la mejor manta, el bebé tiene que crear su calor, porque la ropa “no crea” calor, sino que lo mantiene. Y el bebé gasta energía creando ese calor.
Pero si lo llevamos con nosotros, el calor se lo proporciona nuestro contacto cuerpo a cuerpo. Y toda esa energía, en vez de gastarla en crear calor la gastará creciendo y desarrollándose.
El calor corporal aumenta cuando porteamos, por ello es importante no abrigar en exceso al bebé ni a nosotros/as mismos/as. De hecho, cuantas menos capas de ropa haya entre los cuerpos del adulto y el bebé, mejor se potencia y aprovecha el calor corporal.
¿Por qué ponerle al bebé campera o buzo porteando no es la mejor opción?
Si ya has porteado antes, ya sabes la importancia de colocar correctamente la cadera del bebé para que, como consecuencia, la espalda del bebé se redondee y las rodillas se eleven por encima de cola. Esa es la posición ergonómica correcta.
Si al bebé pequeño le ponemos un buzo muy grueso o directamente una campera antes de colocarlo en el portabebé, ésta limita los movimientos del bebé y las posiciones que puede adoptar. Y, por eso, es difícil colocarlos bien, comprobar que va bien colocado y mantener esa posición ergonómica.
Además, puede aumentar en exceso el calor si el bebé se queda dormido mientras lo porteamos. Si el bebé lleva ropa de abrigo esté quedará muy ajustado en el portabebés, entonces la tendencia será aflojar la sujeción para darle más espacio, pero perderemos así el centro de gravedad y con ella las óptimas condiciones para no tener dolores de espalda.
Mejor si añadimos las capas de ropa encima del portabebé.
Vestir al bebé por capas, es lo ideal para portear con frío.
Hay que tener en cuenta que entre el contacto corporal de ambos - porteador y bebé -, y el mismo portabebé ya cuentan, con al menos, una capa más de ropa.
Por eso, lo ideal es vestir al bebé por capas y ponerle indumentaria más o menos calentita en función de la temperatura. Ideal si es de algodón.
Recomendamos buscar ropa que caliente pero que no abulte demasiado. Como decíamos mas arriba, jamás usar abrigos gruesos o camperas.
Debemos también prestar especial atención a las partes del cuerpo que quedan menos cubiertas por el portabebé, como la cabecita y las piernas.
Para abrigar un poco más estas zonas, podes utilizar diferentes accesorios como gorros y calcetines gruesos, calcitas de lana, etc.
Hay varias opciones que facilitarán abrigarnos de forma cómoda y rápida. Lo ideal, por ser lo más cómodo, es colocarnos el portabebé y al bebé vistiendo ambos con la misma ropa que vestimos en un espacio con calefacción, o sea, como estamos dentro de casa, y por encima del portabebé usar un accesorio especifico para esto, como el abrigo de porteo.
¿Cómo son los abrigos de porteo ?
Son accesorios que se adaptan a todos los portabebés de doble tira superior. Y son unitalla, por lo que pueden utilizarlo adultos de diferentes tallas.
Se coloca el portabebé con el bebé, el abrigo de porteo para el bebé encima de él, y por último nuestro abrigo que se deja abierto.
Se engancha al propio portabebé mediante broches, y lleva elástico por el contorno que permite ajustarlo al tamaño del bebé en cada momento. Al poseer una bolsa abrigada, las piernitas del bebé/niño quedan abrigadas dentro. También puedes usarlos para portear a la espalda, no sólo adelante.
Y sirve también como cobertor de cochecito y huevito.
Una de las ventajas que tiene el abrigo de porteo, es que si el adulto no es friolento puede abrigar al bebé sin necesidad de abrigarse él. O si vas a caminar y entrar en calor, (pero el bebé al estar quieto no), podes abrigarlo a él y no necesitas pasar calor por tener que llevar un abrigo, sí o sí.
Ésto es probablemente lo mas importante de los abrigos de porteo:
Si lo abrigamos por encima del portabebé con un abrigo, y no con campera, y necesitamos desabrigarlo podemos hacerlo igual de fácil retirando solo el abrigo.
Sin la necesidad de despertarlo o molestarlo a cada rato, en función a como cambia el clima, o al lugar donde estamos.
Puede parecer algo simple, pero al portear queremos que el bebé esté lo más cómodo posible.
Existen distintos géneros para los abrigos de porteo.
En Lumma, confeccionamos en polar importado, y en corderito combinado con polar soft (colección nórdica).
Ambos están disponibles en nuestra tienda, en set con descuento, junto a nuestra línea de portabebés ergonómicos, para que puedas elegir ambos a juego, y tengas tu equipo de porteo listo para acompañarte todos los meses de frío que cargues a tu bebé/niño.
¿Tenés dudas sobre el porteo en invierno?
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